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Zapatos de abstracción

Mirando publicaciones al azar de una red social me encontré con una muy corta y muy impactante. Se escribía sobre una clase de niños escritores donde se les pedía que redactaran un cuento. Uno de los infantes fue abstracto, resumido y con una capacidad de síntesis altamente visual. El objeto a describir era una cámara fotográfica. El escribió:

-Se escuchó un click. El mundo se detuvo.-

Quiero pensar que será un hombre de pocas palabras, esas que a veces necesitan ser así, rápidas, expresas, afiladas y con silencios al final.

Esta publicación me hizo recordar una historia similar de alguien muy famoso, viajero, alcohólico y con una prosa realista y fina que se advierte en famosos escritos como “Paris era una fiesta”, “El viejo y el mar”, “Adiós a las armas”.

Ernest Hemingway y su vida apasionante lo llevó a descubrir desde los cócteles más elaborados hasta los amores perdidos, entre fiestas, gritos y sociedades de un siglo XX que vio los excesos y también, las precariedades. Pero hablar de su vida me llevaría varias hojas y lo que hoy quiero expresar es una idea solitaria de la imaginación que algunos tienen para escribir libros tan largos como también, frases cortas en servilletas.

Se cuenta la historia, casi leyenda no comprobada pero si deliciosa de que una tarde el protagonista estaba reunido con varios colegas escritores. Ernest lanzó la misiva de que el triunfante hombre que lograra escribir una narrativa de impacto en seis palabras ganaría el total de 10 dólares por cabeza.

En una servilleta, ellos arrojarían las letras junto al billete. El ganador se evidenciaría con el solo hecho del asombro grupal.

En la de Hemingway rezaba la frase:

-En venta, zapatos de bebé, nunca usados-

Así, se convertía en el limpio ganador.

Este es sin duda el blog más corto. Y lo hago a propósito para que tú, mi lector, puedas reflexionar. Por una parte sobre las palabras que encierran la abstracción de un niño y por otra, para que la consciencia te tome por sorpresa de adivinar que las cortas palabras del viajero escritor también definen un episodio que invita a un niño a la historia no concluida.

Hablar poco. Decir mucho. Significar profundo. Detener la mente. Reír o llorar ante un hecho descrito en breve. Y poco a poco aprender que existen momentos que valen más de 10 dólares por los cuales a veces, es mejor callar.

Siempre hay alguien que te espera…

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