Por qué el sombrero de la noche
vuela con tantos agujeros?
qué dice la vieja ceniza
cuando camina junto al fuego?
por qué lloran tanto las nubes
y cada vez son más alegres?
para quién arden los pistilos
del sol en sombra del eclipse?
cuántas abejas tiene el día?

Pablo Neruda

Los eclipses son fenómenos astronómicos donde la luz de un astro incandescente es bloqueada por un astro opaco. Su significado es: desaparición, abandono.

Los eclipses requieren de lunas nuevas o llenas ya sea el caso de ser Solar o Lunar y manifiestan la alineación perfecta de este dúo con la tierra. Dicha alineación lleva el nombre de sizigia.

Los eclipses por ser tan extraños demoran muchos años en repetirse y requieren de paciencia y exactitud humana para poder predecirlos. El primer eclipse solar documentado es el que ocurrió en China un 24 de Octubre del año 2137 A.C. y fue un evento que costó vidas. Los astrónomos Hsi y Ho fallaron en la exactitud de tiempo y ese pequeño detalle acabó con su vida. Más tarde en el recorrido de años se sabe de otros más descritos por Herodoto, padre de la Historia Occidental,  en su libro Historias donde se refiere a que el día se hizo de noche durante la batalla de Lidios y Medos. Estos bandos, al observar el fenómeno detuvieron su ataque y se dice que al finalizar,  hicieron la paz.

Dicho eclipse fue, según Herodoto, avisado por Tales de Mileto. Por eso su nombre Eclipse de Tales.

Y ya en un período más formal de estudio ante estos fenómenos excelsos, los griegos comenzaron a estudiar minuciosamente hasta llegar a la descripción de los períodos Saros compuestos de 223 lunas traducidas a dieciocho años, once días y ocho horas. Sin esto, hoy en la modernidad no se podría anunciar la fecha exacta de esta danza tan mágica.

Y a los eclipses se les recita poemas, se les baila y reza, se les admira y graba, se les teme y también, se les espera con gran júbilo.

Mi reflexión ante este hecho tan magnánimo es profunda. Primero, sentir ese sentimiento de pequeñez del ser humano ante la magnitud de algo más grande de lo que podamos imaginar. Esa sensación misma ante el mar, las montañas, los acantilados, bosques, cielos.

La pequeñez y el sentimiento de abrazo y protección, la vista afilada desde los astros a los hu8manos tan pequeños y tan ruidosos. Hoy, en un mundo que valora el lente certificado para no quedar ciego no hemos sido capaces de ser como antes, como lo que dijo Herodoto. No somos capaces de vislumbrar algo tan bello y después de eso, hacer la paz. Si nos viera la humanidad del pasado, si tan solo nos viera.

Hoy escribo sobre esta semana y lo que nos vistió de gala en un evento que unió gente observando un mismo punto, un mismo objetivo.

 Las mareas se alzaron recordando que ellas vuelan por el coqueteo de la luna. La luna tan atrevida se plasmó frente al sol para recordarle que están hechos el uno para el otro. Recordarse que uno es luz, otra oscuridad y que así como ellos somos los humanos. Con nuestras luces y sombras bailando para agradar a otros y desagrada a los menos. El coqueteo más brutal, la danza más rítmica, la música más melódica y el conjuro de amor perpetuo.

Ellos dos estuvieron juntos poco tiempo, y es que el concepto tiempo con ellos es relativo. Pocos segundos de belleza son mejores que horas de rutina. Y después, esperar otros dieciocho años, once días y ocho horas. Y creo que para ellos, valdrá la pena.

Cada noche al ver la luna pensemos es esa paz de hace siglos, esa que fue tan sencilla y rápida. Cada día al gozar el sol pensemos que existe la esperanza de que la alineación de su romance con nosotros llegue en el tiempo correcto. Cada noche y día recordar que muchos grandes dejaron huella en sus escritos ante un fenómeno de la belleza más pura y franca.

Eclipses

El corazón y el sol tienen sistemas

y también eclipses y mala sombra

cuando el sol tempranero ilumina los rostros

o el corazón insemina los campos

todo el mundo se muestra generoso

y los cuerpos se vuelven seductores

cuando el sol va encendiendo los abrazos

o el corazón las copas de los árboles

el remolino mundo se descalza y revive

y los cuerpos florecen

cuando el sol ilumina los presagios

o el corazón las palabras del mar

cada mundo nupcial se libra del pudor

y los cuerpos aprenden

pero si el sol o el corazón se esconden

devorados por buitres gigantescos

o tapados por lápidas que son como rencores

si el sol de siempre o el corazón se apagan

cubiertos por el asco esa neblina

o el silencio infecundo de los gritos

entonces este mundo se detiene azorado

y los cuerpos sucumben en el cepo del frío.

Mario Benedetti